viernes. 17.05.2024

Sánchez: otro golpe táctico para que todo siga igual

Sánchez vive del regate corto, y ahora mismo ya no tiene defensas en frente porque ha anulado a cualquier amenaza rupturista por su izquierda

Terminada la espera, o el descanso de la obra teatral, Sánchez anunció su continuidad tras unos días de espera que le han servido para terminar de minimizar al espacio de Sumar y alrededores (que protagonizó una ridícula campaña de apoyo y refuerzo al PSOE y de debilitamiento propio) demostrando que tiene a todo el bloque del sí a su investidura comiendo de su mano.

En su comparecencia, el presidente del Gobierno dijo que impulsará la necesaria regeneración democrática en España, pero no dijo nada acerca de en qué dirección se concretaría esa regeneración. A partir de ahí la pregunta es: ¿hará reformas profundas que alteren la composición del Régimen del 78? Personalmente lo dudo mucho. 

A nivel geopolítico está sometido al eje atlantista, como se está viendo en todas las decisiones que toma su gobierno en materia internacional, empezando por un gasto militar de récord histórico a petición de la OTAN.

El Sanchismo es la mejor forma de regeneración del régimen emanado de la transición. Solo parece otra cosa

A nivel interno no tiene capacidad (ni creo que ninguna voluntad) para terminar con el estado profundo postfranquista español, que pervive en el poder judicial que aplica sin cesar lo que ahora llamamos lawfare, en algunos espacios mediáticos adictos a la mentira y la calumnia como modo de proceder y en otros aparatos del Estado como las fuerzas armadas y de seguridad y los poderes económicos que siguen mandando sin pasar por elecciones.

Y a nivel puramente político-electoral, no lo necesita. Sánchez vive del regate corto, y ahora mismo ya no tiene defensas en frente porque ha anulado a cualquier amenaza rupturista por su izquierda y por unos nacionalismos de izquierda de las naciones sin estado que, aunque electoralmente crecen, ven como su horizonte de ruptura con el Estado español está cada vez más lejos por ser materialmente imposible, como se demostró en Catalunya. Y, además y al mismo tiempo, ha vuelto a desconcertar a unas derechas que más allá del feudo neoliberal madrileño del que Milei estaría orgulloso, no tienen ningún plan para el conjunto de España.

El Sanchismo es la mejor forma de regeneración del régimen emanado de la transición. Solo parece otra cosa, algo radical, transformador y que hace peligrar el statu quo, por el histrionismo de una derecha española que considera ilegítimo a cualquiera -que no sea ellos- que ocupe el poder político. Lo hizo con González, con Zapatero y aquí en Cantabria con Revilla, ninguno de los tres amenazas al orden establecido. 

En definitiva, Sánchez, y su PSOE renovado (sin esa renovación sería imposible) es el actor perfecto de la revolución pasiva 2.0. El problema es que las izquierdas supuestamente transformadoras le compran ese histrionismo a las derechas como vara de medir la acción del gobierno y el margen de posibilidad, que se va estrechando cada vez más.

Para concluir, de todo este esperpento me quedo con que las democracias liberales en la posmodernidad líquida occidental son cada día más un sainete sin gracia en el que los actores no deciden nada del guion y los espectadores pintamos aún menos.

Sánchez: otro golpe táctico para que todo siga igual
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