sábado. 04.05.2024

El fiscal ha rebajado más de la mitad, de nueve a cuatro años, su petición de pena de cárcel al hombre acusado de agredir sexualmente a una mujer en mayo de 2021 en un pueblo de Cantabria. Ha reducido la condena interesada tras aplicar al caso la conocida como ley del 'solo sí es sí' -al ser más favorable al procesado- y al contemplar también la atenuante de reparación del daño, toda vez que el implicado ya ha abonado a la víctima los 3.000 euros que el ministerio público reclama como indemnización.

La acusación particular, ejercida por la denunciante, ha modificado igualmente sus conclusiones provisionales en el mismo sentido que la Fiscalía en la recta final del juicio, celebrado durante dos días en la Audiencia Provincial, y en la que la defensa se ha reafirmado en la libre absolución -o que subsidiariamente sea condenado a dos años de prisión- de su patrocinado, que ha asegurado que lo denunciado "es incierto".

El hombre, que ha declarado tras practicarse toda la prueba y a petición de su representante legal, sin oposición de las otras partes, solo ha contestado a preguntas de su letrada, a la que ha admitido, y ante la Sala de la Sección Primera de la Audiencia, que mantuvo relaciones sexuales con la víctima, aunque ha aseverado que fueron consentidas, "de mutuo acuerdo".

Al detallar en qué consistieron esas prácticas ha indicado que la mujer le comentó que le gustaba que la "pegaran", a lo que él ha expresado entre lágrimas que "menos mal que no lo hice". También ha señalado que en el momento en que fue detenido la denunciante, de nacionalidad brasileña y que llevaba un par de años en España, le manifestó que lo sentía, pero que no tenía trabajo ni papeles. "Y de este país no me echan", ha aseverado que le dijo.

El hombre fue arrestado por agentes personados en el lugar de los hechos, a la salida de una vivienda del procesado en Limpias, a raíz de una llamada que la víctima hizo a la Policía desde el propio domicilio alertando de que había sido agredida y, también, de que la tenían retenida, extremo que igualmente ha desmentido el enjuiciado.

POR ESCRITO

En la segunda jornada del plenario, que ha quedado visto para sentencia, ha explicado cómo conoció a la denunciante -en un bar a través de unos amigos- y ha negado que él le facilitara su número así como haberla llamado por teléfono: "Nunca", ha sentenciado, y menos para abordar cuestiones laborales (como la limpieza de casas suyas, que ha alegado ella).

Ha indicado que tiempo después, y tres días antes de los hechos, la mujer contactó con él por WhatsApp para quedar a tomar algo y conocerse, algo que se produjo el 31 de mayo de 2021. Antes de verse, ha dicho que se intercambiaron mensajes según los cuales iban a ir a comer a Limpias y a la playa. "Dejé por escrito dónde íbamos. Sabía cuál era el plan", ha señalado, antes de apuntar que ese día tenía que regresar a las 21:00 horas a Bilbao. "Y yo, cuando quedo, quedo. Soy una persona de principios", ha remachado.

Así las cosas, la recogió en su furgoneta en Vizcaya -donde ella residía y a dónde él tenía que ir ese día- y regresaron después a Cantabria, donde comieron juntos y tomaron luego algo en un bar, en el que también fumaron "dos puros". Más tarde, y de acuerdo con el relato del procesado, se dirigieron a una vivienda suya en Limpias -un bajo con terraza y jardín-. Una vez allí, él dejó cosas en el trastero y luego en la casa, donde subió las persianas y abrió las ventanas.

Mientras colocaba los enseres que había llevado, la mujer estaba "sin camisa" y le dijo que era "muy atractivo", a partir de lo cual comenzaron a mantener relaciones en el sofá del salón. Durante las mismas, ambos se desnudaron, besaron -en la boca y por el cuerpo- y tocaron, y aunque "intenté penetrarla, fue imposible", ha afirmado.

Ante esto, ha dicho que ella le comentó que estaba "muy excitada" y le propuso que se masturbaran, momento en el que ella -ha afirmado- se metió los dedos en la vagina. Por su parte, ha dicho que eyaculó y se manchó la alfombra, y ha negado que la insultara (ella dijo que la llamó "perra" y "cabrita", y él ha zanjado que "por educación no se lo diría nunca"). También ha rechazado que le quitara el móvil: "No sé ni cómo es", ha apostillado.

Cuando acabaron, fueron "juntos" al baño, donde se asearon, tras lo cual él recibió un par de llamadas, limpió la macha de la alfombra con un trapo de la cocina y ella se movió "libremente" por la casa, de la que le dijo que era "muy bonita" y le preguntó si podía sacar fotos y vídeos, a lo que él accedió.

También ha apuntado que en la urbanización había gente y se estaban realizando obras y ha destacado la visibilidad que otras viviendas tienen de su terraza y jardín: "Me ve todo el edificio", ha resumido.

DE ESTE PAÍS NO ME ECHAN

Respecto al abandono del domicilio, ha indicado que ambos bajaron en ascensor al garaje y de allí salieron en el vehículo "tranquilos", manteniendo "bromas" y una conversación "normal", hasta que les paró la Guardia Civil. Uno de los agentes mostró una foto de la víctima al hombre (una captura de su perfil de WhatsApp, que tenían de la llamada que hizo a la Policía) y le preguntó que si la conocía, a lo que él respondió que sí, que era su acompañante.

Ante esto, los efectivos mandaron apearse a la víctima, que le manifestó: "Lo siento, pero no tengo trabajo ni papeles y de este país no me echan", según el testimonio del procesado, que desconocía hasta ese momento los motivos del arresto. "Yo no he hecho nada de lo que se me acusa. Soy inocente", ha alegado, antes de aludir a las pastillas que desde estos hechos toma, para la "tensión y taquicardias".

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

En la segunda sesión de la vista también se ha practicado la prueba pericial. Los forenses que examinaron a la denunciante han indicado que presentaba una erosión o laceración "muy pequeña" (de 5 milímetros en la cavidad vaginal) y "leve", que era "compatible" con los hechos narrados (introducción de algún elemento) atendiendo a su localización y al tiempo transcurrido. No apreciaron golpes. En cuanto a su estado, pasó de "nervioso" a "preocupación por su situación general". La víctima fue diagnosticada de estrés postraumático, igualmente "compatible" con el episodio referido, según los peritos.

Pero forenses propuestos por la defensa -un psiquiatra y una psicóloga, que no han examinado a la víctima- han impugnado este último informe, por no "descartar la simulación". Entre otros aspectos, han cuestionado que estuviera tranquila tras la agresión, pues "es muy difícil desalojar el miedo" y experimentar un "cambio tan abrupto" en poco tiempo.

El experto ha expuesto que la mujer, que puede ser "una superviviente", tiene un "trastorno de la personalidad límite" y que "se ha ido metiendo en un berenjenal" a raíz de la denuncia, por los "pasos" que ha dado y las "cosas" que ha ido "metiendo a la historia". El fiscal ha rechazado la tesis de la contrapericial y ha afeado que el diagnóstico de estos forenses de parte se haya hecho "a ojo clínico", sin ver a la mujer.

En cuanto al denunciado, los peritos de la defensa han llegado a la conclusión de que es "un hombre normal" con "ningún rasgo patológico", aunque sí tiene "la autoestima algo baja" y está "abatido" tras lo sucedido.

El fiscal rebaja a 4 años la petición al acusado de agredir a una mujer
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