Septiembre de 2022 y el duelo entre alarmismo o ser positivos
Pensando en economía, y en lo que pueda venir, malo o bueno, al escribir este artículo he aprendido dos cosas nuevas. Una es que no hay certeza sobre el futuro, que nosotros mismos generamos, porque no llueve del cielo. Y la otra es que los economistas, a la hora de predecir lo que está por llegar, hablan de conmociones imprevistas que influyen decisivamente en recesión, sí o no, para el otoño. Esto de las conmociones es lo que más llama la atención. Ahora, desde la Guerra de Ucrania, la crisis y el ahorro energético, y el precio disparado de todo, especialmente los alimentos, todo son conmociones imprevistas. Me creo que van a ser las que realmente marquen el porvenir.